Julio
Martes 1 de julio
Fue por la tierra haciendo el bien y curando a todos los oprimidos (Hech. 10:38).
Jesús imitó a la perfección los sentimientos y la manera de pensar de su Padre. Eso se notó en lo que dijo e hizo, lo que incluye los milagros (Juan 14:9). ¿Qué podemos aprender de sus milagros? Que Jesús y su Padre nos quieren muchísimo. Cuando estuvo en la Tierra, Jesús mostró cuánto amaba a las personas al usar su poder para hacer milagros que aliviaran su sufrimiento. En una ocasión, dos ciegos le pidieron ayuda a gritos (Mat. 20:30-34). El relato dice que Jesús se sintió “profundamente conmovido” y que después les devolvió la vista. El verbo griego que aquí se traduce “profundamente conmovido” se refiere a una emoción tan intensa y profunda que se siente físicamente. Esa compasión tan grande, que es un reflejo del amor que Jesús sentía, también lo motivó a darles de comer a los que tenían hambre y a curar a un leproso (Mat. 15:32; Mar. 1:41). Así que estamos convencidos de que Jehová, el Dios de “la tierna compasión”, y su Hijo nos aman muchísimo, y les duele vernos sufrir (Luc. 1:78; 1 Ped. 5:7). Desean con todas sus fuerzas acabar con los problemas que plagan a la humanidad. w23.04 15:4, 5
Miércoles 2 de julio
Oh, ustedes que aman a Jehová, odien lo que es malo. Él protege la vida de sus leales, los rescata de las manos del malvado (Sal. 97:10).
Debemos exponernos lo mínimo posible a las ideas que nos hacen daño y que son tan populares en el mundo de Satanás. Para proteger nuestra mente y llenarla de pensamientos sanos, tenemos que leer y estudiar la Biblia, ir a las reuniones y participar en la predicación. Jehová promete que no dejará que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar (1 Cor. 10:12, 13). Para mantenernos fieles en estos últimos días tan difíciles, tenemos que orar más que nunca. Jehová quiere que derramemos nuestro “corazón delante de él” (Sal. 62:8). Alabémoslo y démosle las gracias por todo lo que hace. Pidámosle que nos dé valor para predicar y que nos ayude a encarar los problemas y a resistir cualquier tentación que se nos presente. No dejemos que nada ni nadie nos impida seguir orándole a Jehová. w23.05 20:17, 18
Jueves 3 de julio
Estemos pendientes unos de otros, animémonos unos a otros (Heb. 10:24, 25).
¿Por qué vamos a las reuniones? La razón principal es que queremos alabar a Jehová (Sal. 26:12; 111:1). En las reuniones también nos animamos unos a otros en estos tiempos tan difíciles (1 Tes. 5:11). Pues bien, cuando comentamos, logramos estos dos objetivos. Pero hay algunos posibles obstáculos: que nos pongamos tan nerviosos que no nos atrevamos a comentar, o que levantemos la mano muchas veces pero que no nos den todos los comentarios que nos gustaría. El apóstol Pablo escribió una idea que nos puede ayudar. Destacó en qué debemos centrarnos: “Animémonos unos a otros”. Si tenemos presente que podemos animar a otros incluso con un comentario sencillo que expresa nuestra fe, nos sentiremos menos nerviosos al levantar la mano. Y, si no podemos comentar tanto como nos gustaría, estaremos contentos al ver que otros tienen la oportunidad de hacerlo (1 Ped. 3:8). w23.04 18:1-3
Viernes 4 de julio
Suban a Jerusalén y reconstruyan la casa de Jehová (Esd. 1:3).
¡Ya era oficial! Los judíos que habían estado cautivos durante unos 70 años en Babilonia podían salir y volver a su tierra, Israel (Esd. 1:2-4). Solo Jehová podía lograr algo así. Los babilonios no solían liberar a sus cautivos (Is. 14:4, 17). Pero Babilonia fue derrotada, y el nuevo gobierno anunció que los judíos podían irse. Todos los judíos, en especial los cabezas de familia, tenían que tomar una decisión: salir de Babilonia o quedarse allí. Pero esta decisión quizás no fue fácil. Algunos eran muy mayores para hacer ese viaje tan largo y difícil. Y, como la mayoría de los judíos había nacido en Babilonia, ese era el único hogar que conocían. Para ellos, Israel solo era la tierra de sus antepasados. Por otro lado, parece ser que algunos judíos se habían hecho ricos en Babilonia. Por eso puede que no les fuera fácil dejar sus cómodas casas o sus negocios, y establecerse en una tierra desconocida. w23.05 22:1, 2
Sábado 5 de julio
Estén preparados (Mat. 24:44).
La Palabra de Dios nos anima a tener más aguante, compasión y amor. Lucas 21:19 afirma: “Con su aguante salvarán su vida”. Colosenses 3:12 aconseja: “Vístanse de tierna compasión”. Y 1 Tesalonicenses 4:9, 10 dice: “Dios mismo les está enseñando a amarse unos a otros. [...] Pero los animamos, hermanos, a que sigan haciéndolo todavía más”. Todas estas palabras iban dirigidas a personas que ya estaban demostrando aguante, compasión y amor. Pero tenían que seguir cultivando estas cualidades. Y lo mismo nos toca hacer a nosotros. ¿Qué lo ayudará a lograrlo? Vea cómo cultivaron estas cualidades los primeros cristianos y cómo puede imitarlos, y así estará preparado para la gran tribulación. Entonces, cuando estalle la gran tribulación, usted ya sabrá aguantar y estará decidido a seguir aguantando. w23.07 29:4, 8
Domingo 6 de julio
Habrá un camino llamado Camino de la Santidad (Is. 35:8).
Este camino nos permite ahora adorar a Jehová en el paraíso espiritual. Además, en el futuro nos permitirá disfrutar de las bendiciones del Reino. Por eso, tanto los ungidos como las “otras ovejas” debemos permanecer en él (Juan 10:16). Desde 1919, millones de hombres, mujeres y niños han salido de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, y han empezado a andar por este camino simbólico. Cuando los judíos regresaron de Babilonia, Jehová se aseguró de que desaparecieran los obstáculos del camino (Is. 57:14). ¿Hizo lo mismo en el “Camino de la Santidad” de tiempos modernos? Sí. Cientos de años antes de 1919, Jehová empezó a utilizar a hombres devotos para despejar el camino (compare con Isaías 40:3). Por decirlo así, ellos hicieron “obras” o trabajos espirituales en el camino para que más tarde personas de buen corazón pudieran salir de Babilonia la Grande y entrar en el paraíso espiritual, donde la adoración pura se había restaurado. w23.05 22:8, 9
Lunes 7 de julio
Sirvan a Jehová con alegría. Entren ante su presencia con gritos de felicidad (Sal. 100:2).
Jehová quiere que le sirvamos con alegría y de corazón (2 Cor. 9:7). Entonces, ¿por qué esforzarnos por alcanzar una meta espiritual si en el fondo no tenemos ganas de hacerlo? Pensemos en el ejemplo del apóstol Pablo. Él dijo: “Disciplino estrictamente mi cuerpo y lo hago mi esclavo” (1 Cor. 9:25-27, nota). Pablo se obligó a hacer lo que Jehová esperaba de él incluso cuando no se sentía muy motivado. ¿Estaba Jehová contento con el servicio de Pablo? Por supuesto que sí. Y lo recompensó por su duro trabajo (2 Tim. 4:7, 8). Jehová también se pone contento cuando ve que nos esforzamos por alcanzar una meta incluso si no estamos motivados. ¿Por qué? Porque lo hacemos por amor a él aunque no siempre nos guste la actividad que nos propusimos hacer. Jehová bendijo a Pablo y también nos bendecirá a nosotros si nos esforzamos (Sal. 126:5). Y, al ver que Jehová bendice nuestros esfuerzos, tal vez empecemos a sentirnos más motivados. w23.05 24:9, 10
Martes 8 de julio
El día de Jehová vendrá (1 Tes. 5:2).
El apóstol Pablo dijo que los que no van a sobrevivir al día de Jehová son como los que están dormidos. Cuando una persona está dormida, no se da cuenta de lo que la rodea ni de cómo pasa el tiempo. Tampoco percibe la importancia de ciertos sucesos ni es capaz de reaccionar bien. Eso mismo pasa en sentido espiritual: la mayoría de la gente está dormida (Rom. 11:8). No hacen caso a las pruebas de que estamos viviendo en “los últimos días” y de que la gran tribulación está muy cerca (2 Ped. 3:3, 4). En cambio, nosotros sabemos que el consejo de quedarnos despiertos es más importante cada día que pasa (1 Tes. 5:6). Así que necesitamos tener calma y estabilidad. ¿Por qué? Porque es muy fácil enredarse en los asuntos políticos y sociales de este mundo. Además, a medida que se va acercando el día de Jehová, la presión para tomar partido en estas cuestiones será mayor. Pero no tenemos que preocuparnos por cómo responder porque el espíritu de Dios nos dará calma y estabilidad, y nos ayudará a tomar buenas decisiones (Luc. 12:11, 12). w23.06 26:6, 7
Miércoles 9 de julio
Señor Soberano Jehová, por favor, acuérdate de mí y dame fuerzas (Juec. 16:28).
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando escucha hablar de Sansón? Seguramente su fuerza extraordinaria. Es cierto que era un hombre muy fuerte. Pero cometió un error que le salió muy caro. A pesar de todo, Jehová se concentró en la gran fe que demostró a lo largo de su vida y decidió incluir su ejemplo en la Biblia para que aprendamos de él. Jehová utilizó a Sansón para lograr cosas impresionantes a favor de su pueblo, Israel. Siglos después de su muerte, Jehová inspiró al apóstol Pablo para que incluyera el nombre de Sansón en una lista de ejemplos extraordinarios de fe (Heb. 11:32-34). Sansón se apoyó en Jehová hasta en las peores circunstancias. Su ejemplo nos anima muchísimo y nos enseña lecciones prácticas. w23.09 37:1, 2
Jueves 10 de julio
Háganle saber a Dios sus peticiones (Filip. 4:6).
Algo que nos dará más aguante es desahogarnos con Jehová frecuentemente (1 Tes. 5:17). Puede que usted no esté pasando por una prueba difícil en estos momentos. ¿Pero qué hace cuando se siente disgustado, confundido o agobiado? ¿Busca la guía de Jehová? Si tiene la costumbre de acudir a Jehová para afrontar los problemas del día a día, también lo hará en el futuro cuando las cosas se pongan peor. Estará convencido de que él sabe exactamente cuándo y cómo ayudarlo (Sal. 27:1, 3). Hay más posibilidades de que aguantemos la gran tribulación si aguantamos las pruebas que tenemos ahora (Rom. 5:3). ¿Por qué podemos decir esto? Muchos hermanos sienten que, con cada prueba que aguantan, se hacen más fuertes para afrontar la siguiente. Cuando aguantan una prueba con la ayuda de Jehová, aumenta su fe en que él quiere ayudarlos. Y, gracias a esa fe, logran aguantar la siguiente prueba (Sant. 1:2-4). w23.07 29:7, 8
Viernes 11 de julio
Volveré a mostrarte consideración (Gén. 19:21).
Jehová es razonable porque es humilde y compasivo. Por ejemplo, demostró su humildad cuando estaba a punto de destruir a los malvados habitantes de Sodoma. Mediante unos ángeles le dijo a su siervo Lot que huyera a la región montañosa. Pero a Lot le daba miedo ir allí. Por eso rogó que a él y a su familia se les permitiera ir a Zóar, una ciudad pequeña que Dios también tenía pensado destruir. Jehová podía haber insistido en que Lot obedeciera sus instrucciones al pie de la letra, pero no lo hizo. Aceptó su petición, aunque eso significara no destruir Zóar (Gén. 19:18-22). Siglos después, Jehová les mostró compasión a los habitantes de Nínive. Envió al profeta Jonás para decirles que tanto ellos como su ciudad iban a ser destruidos debido a su maldad. Pero, cuando los ninivitas se arrepintieron, Jehová sintió lástima por ellos y perdonó a la ciudad (Jon. 3:1, 10; 4:10, 11). w23.07 32:5
Sábado 12 de julio
Mataron a Jehoás, pero no lo enterraron en las sepulturas de los reyes (2 Crón. 24:25).
¿Qué lección sacamos de la historia de Jehoás? Él era como un árbol con raíces poco profundas que, para mantenerse en pie, necesitaba el apoyo de un tutor o estaca, el sumo sacerdote Jehoiadá. Cuando este murió y soplaron los vientos de la apostasía, Jehoás se vino abajo. Este caso encierra una poderosa lección: no podemos temer a Jehová solo porque otros hermanos y familiares lo hagan y nos den su apoyo. Para estar fuertes en sentido espiritual, tenemos que alimentar el amor y el respeto que sentimos por Jehová estudiando, meditando y orando con regularidad (Jer. 17:7, 8; Col. 2:6, 7). Jehová no nos pide imposibles. Lo que él espera de nosotros se resume muy bien en Eclesiastés 12:13: “Teme al Dios verdadero y obedece sus mandamientos, porque eso es todo lo que el hombre debe hacer”. Si tememos a Jehová, podremos enfrentarnos a cualquier dificultad que venga y mantenernos firmes. Nuestra amistad con Jehová será indestructible. w23.06 27:17-19
Domingo 13 de julio
¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas (Apoc. 21:5).
La garantía que Dios da comienza diciendo: “El que estaba sentado en el trono dijo” (Apoc. 21:5a). Estas palabras son especiales porque sirven de introducción a una de las tres veces en las que Jehová habla directamente en las visiones de Apocalipsis. Así que esta garantía la da el propio Jehová, no un ángel poderoso, ni siquiera Jesús. Esto refuerza nuestra confianza en las palabras que siguen, ya que Jehová “no puede mentir” (Tito 1:2). Sin duda, lo que dice Apocalipsis 21:5, 6 merece toda nuestra confianza. Fijémonos en la palabra “¡Mira!”. El término griego que se traduce “¡Mira!” aparece muchas veces en Apocalipsis. ¿Y qué viene a continuación? Dios declara: “Estoy haciendo nuevas todas las cosas”. Aunque Jehová está hablando de cambios que hará en el futuro, está tan seguro de que esta promesa se hará realidad que habla de esos cambios como si ya los estuviera haciendo (Is. 46:10). w23.11 46:7, 8
Lunes 14 de julio
Salió afuera y lloró amargamente (Mat. 26:75).
El apóstol Pedro tuvo que luchar con sus debilidades. Veamos algunos ejemplos. Cuando Jesús explicó que tendría que sufrir y morir para cumplir las profecías bíblicas, Pedro lo reprendió (Mar. 8:31-33). Más de una vez, él y los demás apóstoles discutieron sobre quién era el mayor (Mar. 9:33, 34). La noche antes de que Jesús muriera, Pedro, en un arrebato, le cortó la oreja a un hombre (Juan 18:10). Y esa misma noche se dejó llevar por el miedo y tres veces negó conocer a su amigo Jesús (Mar. 14:66-72). Terminó llorando amargamente. Jesús no dio por perdido a Pedro, que estaba tan desanimado. Después de resucitar, le dio al apóstol la oportunidad de confirmarle su amor. Lo invitó a pastorear humildemente a sus ovejas (Juan 21:15-17). Y Pedro reaccionó con entusiasmo. Por eso estaba en Jerusalén el día de Pentecostés y fue de los primeros que fueron ungidos con espíritu santo. w23.09 40:6, 7
Martes 15 de julio
Pastorea a mis ovejitas (Juan 21:16).
El apóstol Pedro les dijo a otros cristianos que también eran ancianos: “Pastoreen el rebaño de Dios” (1 Ped. 5:1-4). Sabemos que los ancianos aman a sus hermanos y desean pastorearlos. Pero quizás a veces sientan que no pueden cumplir con esa responsabilidad porque están muy ocupados o cansados. Si ese es su caso, ¿qué puede hacer? Cuéntele a Jehová cómo se siente. Pedro escribió: “Si alguien sirve a otros, que lo haga como quien depende de la fuerza que Dios da” (1 Ped. 4:11). Tal vez sus hermanos estén pasando por problemas que no tengan solución en este sistema. Pero recuerde que Jesucristo, “el pastor principal”, puede hacer por ellos mucho más que usted, tanto ahora como en el nuevo mundo. Lo que Jehová espera de los ancianos es que amen a sus hermanos, los pastoreen y sean “ejemplos para el rebaño”. w23.09 41:13, 14
Miércoles 16 de julio
Jehová sabe que los razonamientos de los sabios son inútiles (1 Cor. 3:20).
Debemos tener mucho cuidado con la forma de pensar humana. Si empezamos a pensar como las personas del mundo, podríamos darle la espalda a Jehová y pasar por alto sus normas (1 Cor. 3:19). Por lo general, “la sabiduría de este mundo” nos empuja a satisfacer nuestros deseos egoístas. Eso pasó en las congregaciones de Pérgamo y Tiatira. Algunos cristianos se dejaron influenciar por las personas que los rodeaban, que eran inmorales y adoraban ídolos. Jesús aconsejó de manera firme a estas dos congregaciones por tolerar la inmoralidad sexual (Apoc. 2:14, 20). Hoy en día puede que la gente que nos rodea trate de influir en nosotros para que aceptemos su manera de pensar. Quizás algunos familiares o conocidos nos animen a seguir lo que nos dice el corazón y a pasar por alto las normas de Jehová. Tal vez afirmen que no hay nada de malo en dejarse llevar por los deseos y que las normas de la Biblia están pasadas de moda. En ocasiones, quizás pensemos que ciertas instrucciones que nos da Jehová tendrían que ser más detalladas. Puede que hasta sintamos la tentación de ir “más allá de las cosas que están escritas” (1 Cor. 4:6). w23.07 31:10, 11
Jueves 17 de julio
El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia (Prov. 17:17).
María la madre de Jesús necesitaba fuerzas para cumplir la voluntad de Jehová. Iba a quedar embarazada sin haberse casado. No tenía experiencia como madre, pero iba a criar al que sería el Mesías. Jamás había tenido relaciones sexuales, y ahora tendría que explicarle a su prometido, José, que estaba embarazada (Luc. 1:26-33). ¿Cómo recibió María fuerzas? Apoyándose en otros. Por ejemplo, le dijo a Gabriel que le diera más información sobre la tarea que Jehová le había encargado (Luc. 1:34). Poco después, hizo un largo viaje por “la región montañosa” de Judá para visitar a su pariente, Elisabet. Elisabet felicitó a María y, mediante el espíritu de Dios, pronunció una profecía animadora sobre el bebé que iba a tener María (Luc. 1:39-45). En respuesta, María dijo que Jehová había “hecho cosas poderosas con su brazo” (Luc. 1:46-51). Jehová usó a Gabriel y a Elisabet para fortalecer a María. w23.10 43:10-12
Viernes 18 de julio
Hizo que fuéramos un reino y sacerdotes para su Dios y Padre (Apoc. 1:6).
Hay un grupo de 144.000 cristianos que ha sido ungido con espíritu santo y que disfruta de una relación especial con Jehová. Ellos servirán de sacerdotes en el cielo con Jesús (Apoc. 14:1). Mientras todavía están aquí en la Tierra, Dios los unge con su espíritu y los adopta como sus hijos. El Santo del tabernáculo representa esta relación especial que tienen con Dios (Rom. 8:15-17). El Santísimo del tabernáculo representa el cielo, donde vive Jehová. “La cortina” que separaba el Santo del Santísimo representa el cuerpo humano de Jesús. Su carne era una barrera que le impedía entrar en el cielo como el gran Sumo Sacerdote del templo espiritual. Al entregar su cuerpo humano como sacrificio a favor de la humanidad, Jesús les abrió a todos los cristianos ungidos el camino de entrada a la vida celestial. Para poder recibir su recompensa celestial, los ungidos también tienen que dejar atrás su cuerpo de carne y hueso (Heb. 10:19, 20; 1 Cor. 15:50). w23.10 45:13
Sábado 19 de julio
Me faltaría tiempo para hablarles de Gedeón (Heb. 11:32).
Cuando los hombres de Efraín criticaron a Gedeón, él mantuvo la calma (Juec. 8:1-3). En lugar de enojarse, fue humilde y los escuchó, y con mucha bondad logró calmar los ánimos. Los ancianos sabios son como Gedeón. Cuando alguien los critica, lo escuchan con atención y le responden con apacibilidad (Sant. 3:13). Haciendo esto contribuyen a que reine la paz en la congregación. Cuando honraron a Gedeón por vencer a los madianitas, él centró la atención del pueblo en Jehová (Juec. 8:22, 23). ¿Cómo pueden los ancianos seguir su ejemplo? Dándole toda la gloria a Jehová cuando logran algo (1 Cor. 4:6, 7). Por ejemplo, si a un anciano lo felicitan por su manera de enseñar, él puede responder que lo que ha dicho viene de la Palabra de Dios y que todos aprendemos mucho gracias a la educación que nos da la organización de Jehová. Es bueno que a veces los ancianos se pregunten si su forma de enseñar honra a Jehová o solo los honra a ellos. w23.06 25:7, 8
Domingo 20 de julio
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes (Is. 55:8).
Si no recibimos lo que le hemos pedido a Jehová, podríamos preguntarnos: “Lo que estoy pidiendo, ¿es lo más indicado?”. Generalmente, creemos que sabemos qué es lo que más nos conviene. Pero puede que lo que pedimos no sea lo mejor para nosotros a largo plazo. Tal vez estamos orando para que un problema se solucione de cierta manera, pero quizás exista una solución mejor. Y puede que algunas de nuestras peticiones no estén de acuerdo con la voluntad de Jehová (1 Juan 5:14). Por ejemplo, pensemos en unos padres que le piden a Jehová que haga que su hijo siga en la verdad. A primera vista, parece ser una buena petición. Pero, en realidad, Jehová no obliga a nadie a servirle. Él quiere que todos, incluso nuestros hijos, lo adoremos porque esa es nuestra elección (Deut. 10:12, 13; 30:19, 20). Entonces, ¿qué podrían pedirle esos padres a Jehová? Que los ayude a ellos a llegar al corazón de su hijo para que él ame a Jehová y quiera ser su amigo (Prov. 22:6; Efes. 6:4). w23.11 49:5, 12
Lunes 21 de julio
Sigan consolándose unos a otros (1 Tes. 4:18).
¿Por qué decimos que consolar a los demás es una manera importante de demostrarles amor? Una obra de consulta bíblica explica que la palabra griega que Pablo usó para “consolar” significa “estar de pie al lado de una persona para animarla cuando afronta pruebas difíciles”. Así que, cuando consolamos a un hermano que está sufriendo, lo ayudamos a seguir andando por el camino que lleva a la vida. Cada vez que un hermano o una hermana necesita un hombro sobre el cual llorar y estamos a su lado, le estamos diciendo que lo amamos (2 Cor. 7:6, 7, 13). Sentir compasión y dar consuelo van de la mano. ¿Por qué lo decimos? Porque, cuando una persona siente compasión por alguien que está sufriendo, quiere consolarlo y hacer algo para ayudarlo. Así que primero sentimos compasión y luego ese sentimiento nos impulsa a dar consuelo. Eso mismo pasa con Jehová. Pablo explicó que la compasión que siente Dios por las personas lo motiva a consolarlas. Dijo que Jehová es “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” (2 Cor. 1:3). w23.11 47:8-10
Martes 22 de julio
Alegrémonos cuando pasemos por dificultades (Rom. 5:3).
Todos los cristianos sabemos que afrontaremos situaciones difíciles. Pensemos en lo que el apóstol Pablo les dijo a los cristianos de Tesalónica: “Cuando estábamos con ustedes, solíamos avisarles que sufriríamos dificultades, y, como ya saben, así ha sucedido” (1 Tes. 3:4). Y a los corintios les escribió: “Queremos que estén al tanto de los problemas que tuvimos [...], hasta el punto de temer por nuestras vidas” (2 Cor. 1:8; 11:23-27). Esto sigue siendo cierto hoy en día. Los cristianos sabemos que pasaremos por dificultades (2 Tim. 3:12). Desde que usted empezó a tener fe en Jesús y a seguirlo, quizás sus amigos o familiares lo han tratado mal. ¿Ha tenido problemas en el trabajo por estar decidido a ser honrado en todo? (Heb. 13:18). ¿Ha enfrentado oposición de parte del Gobierno por hablar con otros de su esperanza? Sean cuales sean las dificultades que tengamos, Pablo dice que debemos alegrarnos. w23.12 51:9, 10
Miércoles 23 de julio
Me han causado un gran problema (Gén. 34:30).
Jacob tuvo que lidiar con muchos problemas. Dos de sus hijos —Simeón y Leví— deshonraron a la familia y el nombre de Jehová. Además, su querida esposa, Raquel, murió al dar a luz a su segundo hijo. Y, a causa de una larga época de hambre, tuvo que irse a vivir a Egipto cuando ya era muy mayor (Gén. 35:16-19; 37:28; 45:9-11, 28). A pesar de todas esas dificultades, nunca perdió la fe en Jehová ni en sus promesas. Y Jehová le dejó claro que estaba contento con él. Por ejemplo, Jacob llegó a tener muchas posesiones materiales gracias a Jehová. Y seguro que se sintió muy agradecido a su Dios cuando después de tantos años se reencontró con José, a quien había dado por muerto. Jacob pudo soportar todas esas pruebas porque tenía una fuerte amistad con Jehová (Gén. 30:43; 32:9, 10; 46:28-30). Nosotros también podremos lidiar con los problemas inesperados si tenemos una fuerte amistad con él. w23.04 17:6, 7
Jueves 24 de julio
Jehová es mi Pastor. Nada me faltará (Sal. 23:1).
En el Salmo 23, David expresó su confianza en que Jehová lo amaba y lo cuidaba con cariño. Allí dijo que Jehová era su Pastor, y describió su amistad con él. David se sentía seguro porque sabía que Jehová lo guiaba. Y se apoyaba totalmente en él. Sabía que el amor de Jehová lo acompañaría todos los días de su vida. Veamos qué lo llevó a expresar tanta confianza en Dios. David sentía que Jehová lo cuidaba muy bien porque siempre le había dado todo lo que necesitaba. También sabía que contaba con su amistad y su aprobación. Por eso, David estaba seguro de que, pasara lo que pasara, Jehová se encargaría de que no le faltara nada necesario. Confiaba en que el cariño de Jehová era más grande que todas sus preocupaciones y eso lo hacía sentir contento y satisfecho (Sal. 16:11). w24.01 4:12, 13
Viernes 25 de julio
Estaré con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema (Mat. 28:20).
Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, los siervos de Jehová han podido predicar con libertad en muchos lugares. De hecho, muchas personas han llegado a conocer a Jehová, y hoy se predica en toda la Tierra. En la actualidad, los miembros del Cuerpo Gobernante siguen buscando la guía de Cristo. Hacen todo lo posible para que las instrucciones que dan estén en armonía con el punto de vista de Jehová y de Jesús. Y, por medio de los superintendentes de circuito y los ancianos, les hacen llegar esas instrucciones a las congregaciones. Los ancianos ungidos —y, por extensión, todos los ancianos— están en la “mano derecha” de Cristo (Apoc. 2:1). Como son imperfectos, a veces cometen errores, tal como les pasó a Moisés, a Josué y a los apóstoles (Núm. 20:12; Jos. 9:14, 15; Rom. 3:23). Sin embargo, sabemos que Jesús guía de cerca al esclavo fiel y a los ancianos, y seguirá haciéndolo. Por lo tanto, tenemos razones de peso para confiar en la guía que nos da mediante estos hermanos. w24.02 8:13, 14
Sábado 26 de julio
Imiten a Dios como hijos amados (Efes. 5:1).
Nosotros podemos alabar a Jehová hablando de él con cariño y gratitud. Cuando predicamos, nuestro principal objetivo es que la gente se sienta atraída a él y llegue a quererlo tanto como nosotros (Sant. 4:8). Nos encanta mostrarles con la Biblia las cualidades tan hermosas que tiene, como su amor, su justicia, su sabiduría y su poder. Otra forma de alabar a Jehová y alegrar su corazón es imitándolo lo mejor que podamos. Cuando lo hacemos, las personas tal vez noten que somos diferentes al resto de la gente y se pregunten por qué (Mat. 5:14-16). Es probable que en el día a día surjan oportunidades para explicarles las razones. Al final, las personas de buen corazón se sentirán atraídas a nuestro Dios. Cuando alabamos a Jehová de estas maneras, alegramos su corazón (1 Tim. 2:3, 4). w24.02 6:7
Domingo 27 de julio
Debe poder animar y censurar (Tito 1:9).
Joven, para llegar a ser un cristiano maduro, necesitas aprender ciertas habilidades prácticas. Estas habilidades te ayudarán a asumir responsabilidades en la congregación, a encontrar y mantener un trabajo que te permita cubrir tus gastos o los de tu familia, y a llevarte bien con los demás. Por ejemplo, aprende a leer y a escribir bien. La Biblia dice que el hombre que es feliz y tiene éxito lee la Palabra de Dios todos los días y medita en ella (Sal. 1:1-3). Así llega a conocer cómo piensa Jehová, y eso lo ayuda a razonar y a pensar con claridad (Prov. 1:3, 4). Los hermanos y las hermanas necesitan la ayuda de hombres que les enseñen y les den buenos consejos con la Biblia. Si sabes leer y escribir bien, podrás preparar discursos y comentarios interesantes y que fortalezcan la fe de los demás. También podrás tomar notas con las que fortalecer tu propia fe y animar a otros hermanos. w23.12 53:9-11
Lunes 28 de julio
El que está en unión con ustedes es más grande que el que está en unión con el mundo (1 Juan 4:4).
Cuando sienta miedo, medite en lo que Jehová hará en el futuro cuando Satanás ya no esté. En la asamblea regional del 2014 se presentó una demostración en la que un hermano hablaba con su familia sobre qué diría 2 Timoteo 3:1-5 si fuera una profecía sobre la vida en el Paraíso: “En el nuevo mundo vendrán tiempos muy felices. Porque la gente amará al prójimo; serán amantes de los tesoros espirituales, modestos y humildes, honrarán a Dios, serán obedientes a los padres, agradecidos y leales, le tendrán mucho cariño a su familia, estarán dispuestos a llegar a acuerdos, siempre hablarán bien de otros, tendrán autocontrol, serán mansos, amarán lo que es bueno, serán confiables y razonables, no serán para nada orgullosos, amarán a Dios en vez de los placeres y su devoción a Dios será sincera. Mantente siempre cerca de ellos”. ¿Solemos hablar con nuestra familia o con los hermanos sobre cómo será la vida en el nuevo mundo? w24.01 1:13, 14
Martes 29 de julio
Tú tienes mi aprobación (Luc. 3:22).
¡Qué bonito es saber que “Jehová está encantado con su pueblo”! (Sal. 149:4). Sin embargo, puede que a veces algunos se desanimen y piensen: “Es cierto que Jehová está contento con sus siervos como grupo, pero ¿lo estará conmigo?”. A muchos siervos de Dios del pasado en algunos momentos también les costó creer que tuvieran su aprobación (1 Sam. 1:6-10; Job 29:2, 4; Sal. 51:11). La Biblia deja claro que aunque somos imperfectos podemos recibir la aprobación de Jehová. ¿Qué debemos hacer? Demostrar que tenemos fe en Jesucristo y bautizarnos (Juan 3:16). Así mostramos en público que nos hemos arrepentido de nuestros pecados y que le hemos prometido a Dios hacer su voluntad (Hech. 2:38; 3:19). Jehová se siente muy feliz cuando damos estos pasos para llegar a ser sus amigos. Si nos esforzamos al máximo por cumplir con nuestro voto de dedicación, Jehová nos da su aprobación y su amistad (Sal. 25:14). w24.03 13:1, 2
Miércoles 30 de julio
No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído (Hech. 4:20).
Podemos seguir el ejemplo de los discípulos y continuar predicando incluso cuando las autoridades nos lo prohíban. Tenemos la total confianza de que Jehová nos ayudará a cumplir con nuestro ministerio. Así que podemos pedirle valor, sabiduría y ayuda para encarar los problemas. Muchos de nosotros estamos sufriendo por la pérdida de un ser querido, la persecución o los problemas físicos, emocionales o familiares. Y las pandemias y las guerras han empeorado muchas de esas situaciones. Por eso, abramos nuestro corazón de par en par a Jehová. Desahoguémonos con él tal como haríamos con un buen amigo. Podemos estar seguros de que actuará a nuestro favor (Sal. 37:3, 5). Perseverar en la oración nos ayuda a aguantar cuando tenemos dificultades (Rom. 12:12). Jehová sabe por todo lo que pasan sus siervos y “oye sus gritos de auxilio” (Sal. 145:18, 19). w23.05 20:12-15
Jueves 31 de julio
Sigan asegurándose de lo que le agrada al Señor (Efes. 5:10).
Cuando tenemos que tomar decisiones importantes, debemos averiguar “cuál es la voluntad de Jehová” y entonces hacerla (Efes. 5:17). Cuando tratamos de encontrar principios bíblicos que aplican a nuestra situación, lo que en realidad estamos haciendo es tratar de averiguar lo que Jehová piensa sobre ese asunto. Al poner en práctica esos principios, podremos tomar buenas decisiones. Al “Maligno”, Satanás, le gustaría vernos tan ocupados con las cosas del mundo que no tuviéramos tiempo para servir a Dios (1 Juan 5:19). Puede ser facilísimo concentrarse en el dinero, la educación o el trabajo en vez de buscar maneras de servir a Jehová. Si eso nos pasara, sería una señal de que la forma de pensar del mundo se nos está contagiando. Claro, no es que estas cosas sean malas en sí, pero nunca deberían ser lo primero en nuestra vida. w24.03 12:16, 17